hace rato que es viejo
como tres adoraciones de las largas.
un día despertó sabiendo las uñas mas duras, el rumiar mirando las nubes, descubriendo formaciones antiguas. del tiempo en que las nubes eran hilachas húmedas sobre los cerros.
despertó entonces, un día, sabiendo. un día dulce como todo descubrimiento.
después vino el saber en serio, de cucharita raspando el frasco, de no haber arreglado el techo y darse cuenta que es invierno.
se sentó callado, quietito, sonriente, el viejo.
se tocó suave, bajo, lento.
desenredó de los tobillos los manjares de la infancia, las bolitas, las suturas,
las desgracias.
se soltó los dedos. se olvidó del miedo.
vio morir a sus hijos, a sus padres, a sus nietos.
vio crecer de nuevo, brotando en las rodillas, los abuelos.
les sonrió nervioso, abrazó sus piernas, besó sus manos, se hamacó en silencio.
en medio del tiempo, del campo, de las plantas de los pies para adentro.
el viejo envejece parejo. esperando un porqué, algo que sospecha de lejos.
no sabe aunque vaya sabiendo tanto,
no sabe verse muerto, no ha podido despertarse, no ha podido estar despierto.
el viejo que envejece no ha sabido morirse a tiempo.
1 comentario:
La admiro tanto cuando ordena estas palabras a su antojo, maravilloso orden fullminante, y a veces ud. simplemente toma mate conmigo. Namarië :)
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