arrugando mi nariz
su lengua atraviesa mi cara, toda
beso con urgencia
desvisto su melena
alrededor, la selva, quiebra en mil pedazos el día
lengua por el cuello, cuello inclinado,
patas en abrazo, abrazo de guerra y tregua, de desgarrar de banderas
afuera la selva suelta los olores
dientes se clavan en el verde de mi espalda
ruge la tierra debajo de las rodillas y se acomoda,
suavemente,
bajo mis labios
cerca, la selva estira su piel que es suelo y manto
revuelvo mi cabeza contra la cabeza del león
nos miramos de frente
la mano en el cuero, blanda, sigue el fluir de los ríos
la lengua firma sus propias promesas
dentro, la selva esconde nuestros secretos
en miles de pequeños animales,
silenciosos,
mirando tras las hojas.
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