¿qué sos sin tu tierra llena de cascarudos?
¿qué sos sin la tarde muerta de miedo escondiéndose tras los cerros culposos?
si todos te quieren por el barro, por la mezcla de ollín y miel que te crece detrás de las rodillas.
¿qué sos sin las teclas del piano suspendido?
¿sin el corcho tapando las arterias del más mínimo cariño?
¿qué sos sin el pasaje de ida y vuelta, sin tu visado permantente para fulanear ahora que a todos nos ha crecido un nombre?
un inmenso césped prohibido para toda mi raza y mis pies.
sólo el cielo cuando es blanco y no hay nada que mirar.
1 comentario:
(Qué bueno que volviste a poner para que se pueda ver todo, chica Salomé).
;-)
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