cuando se descascaró completamente, el tiempo se llenó de olor a ajo.
y pensó que no habría sido el mejor momento.
que todos oliendo a jazmines y ella puro olor a ajo.
así pasó por la vida y las avenidas, dando hambre.
su pestañear era un freír tremendo y nervioso, y así, nadie la quiso más que en los mediodías y en las fondas acostadas alrededor de la terminal.
su madre la sentaba entre las plantas para espantar los bichos, y de su boca al piso, una hermosa y florida tristeza.
una vez tuvo un hijo, que salió rápido y no volvió más, espantado por contagiarse y ser señalado, y ser dicho.
sentada en el umbral de una casa llena de ollas y vacía de pasos, un día esperó la muerte, que la hizo chiquitita y dulce, desarmándola en una bolsa mezclada con incienso.
sahumó la tierra ese día la muerte, retorciendo de espanto a los jazmines, y a los hijos perfumados.
5 comentarios:
Anoticiado de tu emprendimiento.
Contento de tu voluntad de emprender.
Siga asi, veremos que me imagino!
Saludos
que extraña melancolía
me trajo lo que decis.
Me encantó.
Este texto ya está dibujado, pasatee por estrictamente estetico
Salú
que rico el ajo y que buen escrito!
saludos
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