ojalá pudiera poner aquí aunque sea un minuto de cine. porque cómo explicar que estoy corriendo, que el cabello me tapa la visión cuando miro adelante después de mirar atrás, que me impulsa el hastío que los demás me tienen, lo vertiginoso del cambio, de aquellos seres hermosos a los "demás".
ojalá pudiera mostrarles la falta de aliento, las lágrimas saltando, una pierna tras otra, casi tropezándome, casi cayendo, ya sin fuerzas pero sin parar de correr.
y de repente, caída.
ojalá pudiera despertarme pero están aquí, todos, yo sin poder moverme, con las rodillas lastimadas y las heridas llenas de tierra, con la certeza de que es ahora, de que es el momento, de que van a comenzar, de mi castigo.
4 comentarios:
Muejeje... a ver que agarro...No sé si el látigo, el que tiene los pinches en las puntas, las velas, el torno o un CD en eterno repeat de Luciano Pereyra...Voy a tratar de esmerarme, me tomaré mi tiempo.
Quiérola princesa, ese es el peor castigo que puedo darle.
Namarië! (muy a pesar de Canta)
Bueno Cas, verás... nosotros los chicos podemos aplicar el concepto de "muro de los lamentos" a casi cualquier cosa por la que pasemos en la vida, pero me temo que no sé cómo harían eso ustedes las chicas.
Lo que sí te puedo decir es que si te das una vuelta por la ciudad, acá donde estamos nosotros, hay hospitales (donde podés conocer gente con lastimaduras), enfermeros (insisto con que las chicas por ahí tienen las mismas fantasías que nosotros), y hasta tenés alcohol y curitas a mano en el quiosco, probablemente baratos.
También hay plazas, y bares, y cosas de esas.
¿Cine? si, cine hay, pero va mucha gente. Si te la bancás, supongo que todo bien.
¿Probaste la stella artois? no es ninguna maravilla, pero está rica. Yo suelo tirarme en una pequeña reposera con la ventana abierta, con un porroncito de stella, a quedarme dormido mientras me dá el vientito en la cara. Está bueno; tiene su onda. Para cuando te acordás, resulta que ya descansaste, y si aparece alguno con ánimos de andar castigando te le cagás de risa en la cara. (Fundamentalmente porque te despertás y te estás meando; te importan poco los castigos o lo que mierda sea).
¡Namarié! (.....)
No, definitivamente no. Te falta mucho.
Es así:
Namarië!
¿Estamos?
Namarië princesa!
y sientes como escuecen las palmas de las manos? yo me siento así ahora
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