yo te había dicho que esto se llenaba de panteras. toda la pieza verde agua salpicando sobre la cabeza de bichos negros en esta casa donde nací, una noche de humedad. lloré, como todos. mamá me cubrió de trapos viejos y la pantera más vieja me cargó. la noche primera hay que pasarla afuera, para ver si se es digno del resto de los días.
pero la pantera era ya muy vieja y no quiso llevarme lejos.
estuvimos detrás de casa hasta la mañana en que amaneció la muerte sobre su lomo y el hambre gritaba en mi panza.
mamá me odió desde entonces por no entender la vida en mi y la muerte en ella.
papá me odió porque mamá me odiaba.
y así pasaron años sin merecer el despertar.
un día, por fin, se fueron. y quedé yo con las panteras. alguna gente sigue viniendo para hacer la prueba de la noche en sus hijos, pero no me dejan atarlos a mi.
yo transito por la casa, nadando entre las fieras y las olas de pared que se caen a pedazos. por las tardes escribo trozos de papel que ellas lamen hasta borrar. nos miramos entre el humo fijamente y la primera en sonreir pierde. a veces, cuando duermen, me acurruco cerca y les soplo en el hocico hasta ver los dientes, entonces un manotazo me abraza y duermo también.
eso hago siempre, todos los días sin merecer.
y también espero, detrás del único vidrio, el regreso de la madre negra que ya cansada me dejó vivir, sabiendo que no era yo para un mundo a más de cuatro pasos de la casa verde agua.
3 comentarios:
a veces no tengo nada para acotar, entonces vengo, digo que me gustó (como siempre) y me voy.
y gracias por leer posts viejos =].
L.
Tremendo. En serio.
Hoy sueño con panteras.
podríamos hacer terapia de grupo, para que no te empaques más, y para que yo tenga un poco más de seguridad (?).
á dormir ave nocturna, ja. o mejor aún, escríbase algo.
salomé es un genial nombre, se lo habrán dicho muchas veces.
Saludos!
L.
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