menos averigüa dios

flor de carraspea te da entre las piernas y te pregunto entre dientes con-quien-andas. por supuesto, te reís a carcajadas. y no me queda otra que juntar el diezmo, la cosecha y los bártulos y mandarme a mudar. antes que me mande tu urgencia de matriarca arrepentida, de cascos sueltos en medio del salón, tomando el té, con cara de yo no fui.
así camino al borde de la noche, toda la noche.
arrastro la historia de tus besos enternecidos hasta que pare un camión y me lleve, a mi sin los besos, pegados todavía a mi nuca, frescos como este verano torpe, mintiendo sin dueña por quien mentir. que me lleve lejos de tu casa de silueta moribundas, llena-llena de restos de otros hombres. ¿o crees que no me di cuenta?. las colillas, los sombreros, los libros de Montesquieu, la generosidad sublime de tu hondo vocabulario lleno de nombres que no son el mío.
me voy a la noche porque en tu casa ya no hay, ni noche ni otro momento del día, todos se gastaron, se fueron también. aprontados como yo con la decencia en la mano, haciendo dedo, para salir de vos.