tan venida a menos, nuestra casa flotando en el lago.
yendo de un lado para otro del agua tornasolada, asustando a los patos y a los viejos del fondo, que de tanto en tanto salen, mate en mano, empapando nuestro escalón, se apoyan, se peinan los pocos pelos para atrás, nos dicen que el techo ese no va aguantar mucho, que está mal hecho, y se vuelven a hundir.
hay uno que sale cuando no estás y yo estoy tocando el silbato que te robé. aparece despacio, me toca el tobillo, y el escalofrío de miles de años me sube hasta las orejas. nos miramos, hablamos tan bajo, tan húmedo, tan cierto.
y piso mal y me voy yendo, me caigo hasta el mismo centro de sus ojos donde nado sin salir a ningún lado.
aquí, flotamos al revés del sol, tornasolamos avenidas inciertas, cielos que no hay.
sentimos tan hondo tus suspiros y tus mierdas, tu yerba quemada, tus zapatos que no sirven más.
querría decirte, aparecerme un día, pero no se puede respirar saliendo, y el techo de la casa està tan mal.
3 comentarios:
Que.. abrumador
te felicito
Como nunca, como siempre.
no se porque, pero la imagen de los viejos saliendo del agua me trajo a la mente algun relato de Lovecraft que lei por ahi...
fantastico lo suyo!!
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