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yo estaba tranquila, que conste en actas. yo respire profundo y salí, solita con mi cámara y mi alma. venciendo el miedo a salir sola con mi cámara, a ir sola a la marcha a riesgo de parecer totalmente descolgada.
no me enojé cuando choqué de frente con un chico y casi nos caemos entrando a la facultad, no me enojé porque acepto que fue culpa mía por entrar apurada mirando en dirección contraria.
no me enojé cuando el otro chico que venia corriendo mirando hacia atrás me pisó y raspó cruelmente el tobillo derecho, es más, me causó gracia.
iba yo aplaudiendo y caminando hasta que decidí separarme de la marcha porque ya no estaba de acuerdo con ciertos cánticos.
entonces entré a la librería a preguntar cuánto salía el compresor. no, aquí no es. despues de esperar diez minutos de espantoso silencio. es al lado. no, es al fondo, me dice el de al lado. voy al fondo, saco numero, 61! dice el chico, 59 era el mío.
no queda nadie más que yo. el 59 pasó hace mucho me dice la chica que atiende con una cara de indisimulable enojo, levantando la ceja y achuecando la boca.
estúpida descerebrada burócrata y constipada mental!!!!!! tenía ganas de decirle, no queda nadie más en el lugar, porqué diablos importa el número. en venganza no compro el block para dibujo tan innecesario y le pido los lápices acuarelas de la marca más cara como para parecer que soy importante y mi poder adquisitivo es asombroso, lo que a ella no le va ni le viene porque empieza a sacarme todos los lápices que tiene con cara de "para que me preguntás si no me vas a comprar".
entonces me arruinó el animo. pero ya va a ver. va a ser la primera en morir accidentalmente cuando asalte la librería artística (Sr.Juez ud por favor no tenga en cuenta estos comentarios, en un blog nunca se dice la verdad...).