not a spotless mind

hoy todas tus imágenes se agolparon delante de mis ojos. una cachetada tras otra. recordáme. recordáme. recordáme.
como para no sentirte mal.
será que es demasiado pronto para volver sobre el mismo camino, pero nunca los mismos pasos.
traté de bajar la cabeza cuando la memoria se hizo más cruda. pero cómo evitar esa otra cosa, y cómo decirlo sin que parezca cursi, porque después cuando el autoestima sube y una se relee se critica hasta los puntos. cómo evitar esa contracción en el pecho, ese latidito ahogado, la carrera de suspiros manoteando para llegar primero, el último pedazo de alma que nos quedaba estrujado por el dejá vu de un pasado tan cercano que se niega a dejar de ser presente. lo hablás, tratás de convencerlo, de echarlo de alguna forma, pero no hay caso: "aquí vinimos con él", "aquí pusimos mal el rollo", "aquí tomamos mate mientras nos peleábamos y despues la flor violeta".
y ya nadie te soporta, y con razón, pero solo vos con tu alma estrujada.
y se acerca el gran monstruo amarillo, el último al que visitaron, y cerrás fuerte los ojos y no desaparece. que se vaya!. no quiero ver. no quiero abrir los ojos y ver que solamente queda el mundo.