podrías empezar acariciándome el brazo hasta que me duerma.
después conquistar uno o dos países.
cantarme bajito en el oído “seminare” mientras yo sonrío.
llenar cada árbol del mundo con luces.
comprarme un algodón de azúcar gigante.
besarme el cuello de repente.
regar de brillantina el piso.
darme vuelta los conceptos de lo eterno.
hundirte en mis ojos hasta no poder respirar.
y después de todo decirme “ahora juguemos a otra cosa”.
4 comentarios:
Repito ... tantas dosis de realidad le hacen mal a mi cerebro "positronico" (como diría Asimov). Sin embargo, me gusta leerte.
A ver si vemos el naufrago de nuevo (aunque me dijeron que ya hay pelis nuevas, je) en mi OTRO depto :D
Rodrigo
http://www.16-bits.com.ar
Muy bueno. Se sintió muy bien leer eso.
alégrome por ello canta, en serio, saludetes.
Extraño esos juegos.. sniff..
Publicar un comentario