antojo

tengo hambre de centroamerica. un antojo irresistible que me lleva a planear un viaje,en estos momentos, utópico. pienso que méxico fue utópico en algún momento, y ahora es un álbum gigante lleno de sonrisas, zócalos, mayas, fridas y margaritas.
podría pedir, de entrada, un Panamá con alguna salsa un poco picante y un jugo fresquísimo de naranja para depués tomar un café que me deje despierta todo el tiempo que esté ahi, que duraría una vida. yo, coo soy buena amiga, mandaría postales tanc ontenta como un cronopio y comiendo cualquier cosa que alguien vendiera en un carrito en medio de la calle, y contaría cosas que a nadie le importe.
por las noches me acercaría a la playa y extrañaría mi casa jujeña, a mi chico, a mi amigo felfos y a mi amiga josefina. pero planeo secretamente secuestrarla y llevarla conmigo, pero no le pienso prestar mi camara de fotos porque nuevamente me sacaría desenfocada y yo la retaría y ella se justificaría de un modo ridículamente gracioso.
tengo un hambre terrible de centroamerica, se me hace agua la boca pensando en mapas y mochilas llenas de rollos y cajas de cigarrillos aplastadas y servilletas con algo escrito y postales a punto de ser enviadas a alguna parte del globo. por ahora lleno un chancho de arcilla con moneditas de 10 centavos y me quedo mirandolo fijamente esperando que en una suerte de digestión mística se multipliquen en su interior. algún día, cuando desparezca, espero encontrarme ahí.