must

tengo la cabeza llena de colores justo cuando no debería.
una procesión de lentejuelas y afines se agarran de mis pestañas como agarrándose de la vida. me refriego los ojos fuerte, ahora no puedo, y vuelan como un péndulo de aquí hacia allá, pero siempre sosteniéndose.
el diablo toma formas bellas dice el pueblo. el diablo me llena de ideas y de formas, de fotos y supuestos, de diseños y crayones.
los apuntes están ahí, como advirtiéndome, con un "yo te dije" anticipado, con esa cara de clasificados sin el trabajo que queremos, con esa mirada burlona de quien ya sabe haber ganado.
yo me muerdo el labio y sigo caminando. me quedo dormida escuchando la radio. recorro la casa como quien la estuviera viendo por primera vez.
pienso. inevitablemente pienso. el diablo me llena la cabeza de ideas. ideas que no aparecerían de no estar los apuntes ahí, esperando que yo me decida a entenderlos, gambeteándole a mis ganas.
recién a esta hora la conciencia empieza a picar. viene el "tendría que haber" a instalarse cómodamente en mis intentos por justificarme, se sabe mejor argumentado, me mira leyéndome desde antes.
y yo soy solo un ceño fruncido que mira como pidiendo disculpas, estrujando en mi mano cerrada tres acuarelas tibias que todavía respiran un poquito, antes de asfixiarse.